viernes, 26 de enero de 2007

... Desconocidos, ante todo eso, empañados hasta el alma, manchados de silencio, así nos presentamos ante los que nos observan, huyendo de calles vacías mientras la quietud nos invade, y en un descuido del pasado nos inventamos de nuevo. Me llama la atención nuestro comportamiento, somos efímeros en problemas, deshacemos madejas de gritos aunque nos hagan callar, nos sentimos invencibles ante un futuro incierto, y de vez en cuando se nos escapan las ganas de olvidar.
¿ Alguien sabe cual es el por qué de nuestra existencia? Hemos llegado y nos han regalado miedo, nadie nos ha preguntado si queríamos esto, llegamos sin más por un motivo que nadie conoce con exactitud, y pretendemos saberlo todo sobre la vida. En la calle, la mayoría de las veces escogemos los vicios que nos defraudan por momentos y sin querer aplaudimos al destino. Tocamos fondo pretendiendo que el suelo sea firme, y en el peor de los casos el silencio es nuestro mayor refugio. Yo me quedo con los trozos de recuerdos que avalan mi vida, con las esquinas perdidas en medio de la nada, me quedo con la duda de no saber nunca si lo que hacemos, és lo que queremos, y si no que alguien nos lo explique...